Paseo de Sagasta nº 64
976 27 50 36
En el mes de Noviembre de este año estuvimos buscando un buen restaurante para una celebración de pareja. Buscábamos un sitio tranquilo de buen comer (típica situación en la que no te importa dejarte algo de dinero).
Reconozco que, de las opciones que manejábamos, no muchas estaban accesibles debido a que el día era festivo. Al final nos decidimos por este restaurante de rancio abolengo y de fama en Zaragoza.
Son varios los aspectos que me gustaría destacar de este restaurante.
La ambientación. Supongo que los regentes del restaurante tienen muy claro a qué sector del mercado se quieren dirigir porque el ambiente es propio de una de esas películas de los años 50 y 60. Vidrieras de colores, muebles antiguos e iluminación escasa. Eso sí, dentro de diez o quince años merecerá la pena visitarlo para poder entender lo que le gustaba a nuestros antepasados.
La comida; muy buena. Se trata de comida que cuida mucho el sabor y no se basa en la elaboración exquisita que tanta fama da a otros sitios y que tanta hambre ha dejado en muchos estómagos. Comimos muy bien y la cantidad justa. Este aspecto es el punto fuerte del restaurante.
El servicio; exquisito pero entiendo que no puedo destacarlo sobremanera debido a que estábamos solos en el local y nuestra tranquilidad y la falta de estrés por parte de los encargados resultaba como una consecuencia evidente.
La carta; amplia. En nuestro caso echamos de menos un menú degustación. Tengo comentarios de gente que dice que este menú existe o ha existido. No fue nuestro caso.
El precio; muy caro. La comida estuvo muy buena como ya he dicho pero no vale lo que nos cobraron (60 Euros por persona).
Para los amigos de la vida culinaria; para una vez (y si es posible, que te inviten).
CALIDAD 88888888
Lo mejor del local.
CALIDAD 88888888
Lo mejor del local.
SERVICIO 88888888
Muy bueno, pero reconozco que no fue un caso significativo.
PRECIO 88888888
No vale lo que te cobran
RELACIÓN CALIDAD/PRECIO 88888888
Sube un poco gracias a todos los factores ajenos al precio.
Yo lo he visitado en dos ocasiones y, efectivamente, la calidad de la comida y el servicio fueron exquisitos. Pero no entiendo cómo sobreviven, pues en ambas ocasiones éramos también prácticamente el único público del local.
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